La vida tiene cosas muy buenas y, a veces, los sueños se cumplen. El de mi hija (Alida) se cumplió, poder trabajar de Logopeda.
Hablando un día de su centro, me dijo “necesitaremos a una persona de gran confianza para la limpieza” y a mí, que me encantan los niños/as, decidí que me iba a trabajar con ellas.
Estoy muy contenta tanto con mi trabajo como con ellas.
Entre todos formamos un gran equipo, ya que hacemos el trabajo que nos gusta y eso es importante. Los niños/as son un encanto y día a día puedo ver cómo aprenden de sus terapeutas y lo contentos/as que vienen al Centro.
Son estupendos y ese cariño, los niños/as lo notan; así da gusto trabajar.