Personalmente me considero una persona sencilla, resolutiva y que entiende la vida como una sucesión de metas por alcanzar.
Desde el principio tuve claro que mi vocación estaba en poder ofrecer ayuda a quien pudiera necesitarla.
Dentro de la Psicología son muchas las áreas de actuación y no me pude decantar por ninguna de ellas hasta llegar al último curso de carrera en el que decidí especializarme en Neuropsicología. Tanto me gustó que seguí formándome posteriormente tanto en esta rama como en la rama puramente sanitaria debido a que la primera me aportaba el conocimiento del órgano más complejo de nuestro organismo; El cerebro, y que permite entender las complejas repercusiones de una anomalía cerebral visibles a través del comportamiento y, por otro lado, la segunda rama me permite ayudar personalmente a todo aquel que requiera una guía, una solución o simplemente un oído que no juzgue sus palabras.
Ambas áreas de actuación se complementan permitiendo ofrecer un tratamiento lo más completo posible a quien acude a nosotros con la presencia de una o más problemáticas.
Actualmente trabajo en Centro A.D.A. como resultado de coincidir en un puesto de trabajo anterior con tres compañeras que compartían mi idea del trabajo en equipo, de la idea de priorizar la calidad por encima de la cantidad y el enfoque multidisciplinar consistente en atacar las dificultades simultáneamente en pro de un resultado más completo. Esas compañeras, y amigas, hoy son las fundadoras de este centro que realmente encaja con la visión de atención global y de calidad que todas buscábamos por vocación